Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
Aunque la Constitución de Azerbaiyán reconoce el derecho a la libertad de expresión (véase el artículo 48), este derecho se ve limitado por otras leyes.La ley sobre religión de 2009 obliga a las organizaciones religiosas a registrarse e impone un estricto sistema de censura de toda la literatura religiosa importada, vendida y distribuida en el país.El 15 de mayo de 2017, el Parlamento de Azerbaiyán aprobó unas enmiendas por las que se permite a los ciudadanos azerbaiyanos y a los extranjeros que han recibido formación religiosa fuera del país celebrar ceremonias religiosas en él (algo que estaba prohibido por el Parlamento desde octubre de 2016) siempre y cuando estén autorizados por la Oficina de Musulmanes Caucásicos. A petición de este organismo religioso, los azerbaiyanos ahora pueden enviar alumnos y profesores a centros educativos religiosos en el extranjero y establecer intercambios con esas instituciones. Está prohibido que los extranjeros hagan propaganda religiosa, salvo que los haya invitado una institución religiosaConforme a otras enmiendas aprobadas en octubre de 2016, cualquier organización religiosa condenada por extremismo será disuelta inmediatamente. Una enmienda a la ley de ciudadanía, introducida en diciembre de 2016, dispone que la participación en actividades religiosas extremistas y la formación militar en el extranjero por motivos religiosos son causa de la pérdida de la ciudadanía azerbaiyana.En marzo de 2017 los legisladores azerbaiyanos tomaron medidas para regular el uso de Internet, prohibiendo la publicación de material que fomente la violencia, el extremismo religioso o el terrorismo, además del odio étnico, racial o religiosoEn el referéndum celebrado en septiembre de 2016 se aprobaron importantes cambios constitucionales que modifican el equilibrio de poder a favor de la presidencia; en concreto, se amplió el mandato presidencial de cinco a siete años y se otorgó al presidente el derecho a disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas. Algunas modificaciones introducidas por el referéndum (como la restricción del derecho a la libertad de asamblea por motivos de «orden y moralidad públicos» y el derecho a la propiedad por motivos de «justicia social») han hecho surgir el temor de que se utilicen contra las minorías religiosas.Incidentes
Azerbaiyán se ha esforzado mucho para construir una imagen de país multicultural en el que los miembros de los distintos grupos étnicos y religiosos conviven en paz y armonía. Si bien esto es cierto respecto a los grupos religiosos que se consideran tradicionales y respecto a los grupos islámicos asociados a la Oficina de Musulmanes Caucásicos ―el papa Francisco también alabó las buenas relaciones institucionales e interreligiosas durante su visita de octubre de 2016―, la situación de los grupos no tradicionales (como algunas confesiones protestantes, los testigos de Jehová y los musulmanes que funcionan fuera de la Oficina de Musulmanes Caucásicos) es distinta. Según el Informe Anual 2017 de la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, la situación de la libertad religiosa en Azerbaiyán se deterioró en 2016, cuando se empezó a ejercer una mayor represión sobre las actividades religiosas independientes. A los grupos no tradicionales les resulta muy difícil registrarse conforme a la ley.Hay algunos aspectos positivos que merecen mencionarse, tales como el registro de la Sociedad Bíblica en octubre de 2016, tras veinte años de espera. No obstante, sigue sin estar claro qué tipo de libros le permiten publicar. De hecho, en el país está en vigor un sistema de censura muy restrictiva.Toda la literatura religiosa, tanto la publicada en Azerbaiyán como la importada, tiene que ser autorizada por el Comité Estatal para el Trabajo con las Organizaciones Religiosas, que además especifica el número de ejemplares. El Antiguo Testamento, las obras del teólogo turco Said Nursi y varias de las publicaciones de los testigos de Jehová siguen entre los libros prohibidos.Los controles son frecuentes y meticulosos. Entre finales de octubre y principios de noviembre de 2016, se inspeccionaron 26 librerías y 6 viviendas, y se confiscó literatura religiosa no autorizada. En la ciudad de Bakú los registros en librerías se ampliaron hasta diciembre; tal es el caso de una librería cristiana en la que se incautaron 396 libros (todos ellos contaban con la licencia de distribución o estaban a la espera de aprobación). Al final, el proceso administrativo iniciado contra la librería se desestimó y se le devolvió el material incautado. En abril de 2017, la tienda en cuestión obtuvo una licencia para la venta de libros y artículos religiosos, ocho años después de que presentara la solicitud por primera vez.En 2017, condenaron a varios libreros a pagar multas de 2000 manates (1100 EUR o 1200 USD), cantidad equivalente a cuatro meses de sueldo medio, por vender textos religiosos sin contar con la autorización estatal previa.También se han impuesto multas a muchos creyentes por celebrar reuniones religiosas en sus viviendas, en la mayor parte de los casos por un importe de 1500 manates (825 EUR). Esa cantidad tuvieron que satisfacer en diciembre de 2016 el reverendo Hamid Shabanov y su colaborador Mehman Agmemedov, de la Iglesia baptista de Aliabad (que llevaba intentando obtener el registro estatal desde mediados de la década de 1990), por celebrar reuniones religiosas en su vivienda particular. De igual modo fueron sancionados con multas de 1500 manates cada uno 21 musulmanes de Quba; la razón, participar en una reunión no autorizada en marzo de 2017. Shahin Ahmadov, otro musulmán, fue condenado a pagar una cantidad similar porque en abril de 2017 lo sorprendieron leyendo una obra del teólogo Said Nursi durante una excursión al monte con tres amigos.Los cuerpos de seguridad también han perseguido a los testigos de Jehová.Entre los acontecimientos positivos se puede mencionar, asimismo, que el 8 de febrero de 2017 el Tribunal Supremo absolvió a Irina Zakharchenko y Valida Jabrayilova, dos testigos de Jehová arrestadas en febrero de 2015 y que llevaban once meses en prisión por distribuir literatura religiosa sin licencia estatal. El tribunal estableció una compensación por los perjuicios ocasionados por la detención ilegal.Las autoridades estatales han sometido a las comunidades musulmanas a importantes restricciones. Las únicas que legalmente tienen derecho a existir son las adscritas a la Oficina de Musulmanes Caucásicos, que supervisa sus actividades y se encarga de la formación, la designación de imanes, la vigilancia periódica de los sermones y la organización de las peregrinaciones a La Meca.En los últimos años se han cerrado muchas mezquitas, bien porque no estaban registradas, bien por otros motivos, como no cumplir la normativa de seguridad. En julio de 2016 clausuraron finalmente la mezquita de Lezgin, en la ciudad vieja de Bakú, y la mezquita suní de Umar bin al Jatab en Qobustán, que llevaba 25 años en activo. Al propietario del terreno en el que está edificada la mezquita de Umar bin al Jatab, el imán Ahmad Simirov, lo condenaron a pagar una multa de 1500 manates (825 EUR) por dirigir una organización religiosa no registrada. La antigua mezquita chií de Hayi Javad, en Bakú, fue demolida la noche del 1 de julio de 2017 después de que los fieles tratasen de salvarla en multitud de ocasiones.Azerbaiyán secundó a Turquía iniciando una investigación penal contra los seguidores del místico musulmán Fetulá Gülen en relación con el golpe de Estado de Turquía. A consecuencia de dicha investigación, se arrestó a varias personas presuntamente vinculadas con el movimiento; entre ellas, figuraba Faiq Amirlu, conocido líder del Frente Popular de Azerbaiyán, un partido de la oposición, y editor en jefe del periódico Azadlig, detenido en julio de 2017. Lo condenaron a tres años y tres meses de prisión, pero, finalmente, la condena se suspendió. En la Universidad de Qafqaz, considerada una de las mejores instituciones de educación superior del país, expulsaron al prorrector y a otros cincuenta profesores supuestamente relacionados con el clérigo turco.En enero de 2017, se condenó a largas penas de prisión a diecisiete personas vinculadas con el Movimiento de Unidad Musulmana y, entre ellas, a su líder, Taleh Bagirov. Todos ellos habían sido arrestados en noviembre de 2015 durante una redada policial en Nardaran. En septiembre de 2017 pusieron en libertad a catorce de los condenados.En julio de 2017, el imán chií Sardar Babayev de Masalli fue el primer musulmán condenado por dirigir la oración del viernes a pesar de haber recibido su formación teológica fuera de Azerbaiyán. Deberá cumplir una condena de tres años de prisión.Aunque el presidente Aliyev afirma que en el país no existe radicalismo o fundamentalismo religioso, sigue preocupando enormemente la posibilidad de que se difundan tendencias extremistas. Se han realizado numerosos arrestos y condenas de presuntos terroristas. Por ejemplo, un tribunal de Bakú condenó a penas de prisión de entre 2 y 14 años a siete ciudadanos azerbaiyanos acusados de haber luchado con el Dáesh (EI). En 2016, se retiró la ciudadanía a 58 personas acusadas de estar implicadas en actividades religiosas extremistas y terroristas en el extranjero.Futuro de la libertad religiosa
En este momento caracterizado por la crisis económica, el presidente de Azerbaiyán, Aliyev, ha hecho todo lo que ha estado en su mano para aferrarse aún más al poder, no solo él sino también su familia. Estas acciones y las enérgicas medidas que ha tomado contra las voces disidentes han alarmado a numerosos observadores internacionales.Por lo que respecta a la libertad de religión, la principal preocupación reside en el endurecimiento de las políticas gubernamentales contra los grupos no tradicionales y contra quienes operan fuera del control directo del Estado, que son más vulnerables a las acciones represivas de las fuerzas policiales y del poder judicial. 
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